La ira como sistema de comunicación

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Como Madre/Padre habrás tenido que lidiar con las "rabietas" de los niños. Son momentos desagradables para nosotros como padres pero ellos lo pasan aun peor. Para que resolver estas situaciones no te cueste, hoy te doy algunas pautas. Recuerda que con su ira intenta comunicarte algo que no sabe decir aun con palabras y que ni siquiera entiende. Analizar lo que llevó a esto poniendo a tu hijo en el centro es la clave para solucionar esa situación y evitar las futuras. Mira cómo a continuación.

Últimamente se habla mucho de inteligencia emocional, y todos creemos que es algo importante saber expresar los sentimientos. Está claro que con la alegría no hay problema, nos gusta que expresen las emociones positivas, pero tenemos que tener claro que la rabia, la ira, el enfado (las negativas) también son expresiones comunicativas, que explican sentimientos que no sabemos contar.

De la experiencia se aprende

Como todos los que crecimos en los 80, de inteligencia emocional se muy poco. No tengo muy claro como convivir con mis emociones, menos aun con enseñar a otros. Pero hasta ese momento había podido capear al toro con mas o menos facilidad. 
Una mañana jugábamos a un videojuego, sentadas al ordenador (ella en mi regazo). yo estresada porque tenía muchas cosas por hacer y ahí estaba, jugando al ordenador con la peque. De pronto ella se levantó enfadada dando gritos. No decía nada, solo gritaba como una loca ¡¡¡AAAHHH!!! y gruñía como un fiera. ¡¡¡Pero no me contaba porqué estaba así!!!.
Yo tenía que escurrir el arroz y fregar algunos platos para poder comer...(ya dije que la suciedad bajo control es la norma en mi casa, para tener tiempo de jugar con Emma) así que la expliqué que no podía seguir esperando a que ella quisiera contármelo y que, si le apetecía, estaría en la cocina o poniendo la mesa.
No me gusta oírla gritar así, me pone nerviosa, mas aun si estoy congestionada por el catarro. Así que me esforcé mucho en "ignorarla", a ella y sus gritos, para evitar reacciones inadecuadas por mi parte.
Pero ella encontró el modo de obligarme, tirando juguetes por ahí, no muy fuerte y sin peligro de romperlos, parecía tenerlo calculado... y eso me irritó aun mas. Intenté razonar con ella, pero no respondió como yo pensaba que haría, siguió gritando y gruñendo e intentó pegarme y todo...
Al final la amenacé con dejarla sin comer. Y mientras me daba cuenta de lo inadecuado de mi reacción y, ya por haber logrado la respuesta que esperaba por mi parte, ya por el hambre que tenía, o por lo mucho que le gusta el arroz blanco con tomate... ella acabó por desmoronarse. Se echó a llorar como una magdalena diciendo que tenía mucha hambre, que me quería mucho, y que la perdonara...pero yo estaba segura de que ella no entendía lo que había ocurrido, y que no sabia porqué pedía perdón (a parte de para poder comer).
Estas "locuras" suceden cada cierto tiempo y no es tan raro, todos los niños tienen estás cosas. La mayoría de los enfados son "rabietas" normales, esas a las que estamos acostumbrados y para las que ya tenemos solución, pero cada cierto tiempo, están mas sensibles, mas alterables o cansados de todo o...vete tu a saber. Lo cierto es que de repente saltan con ataques de furia inusuales y nos sorprenden dejándonos sin armas. Perdón, ¿dije niños? quería decir personas. Seguro que tu como yo has tenido momentos en los que perdiste los papeles. Los niños también son personas y les pasa lo mismo que a nosotros. Lo malo es que tu puedes explicarlo y comprender porqué te pasa, los niños no saben nada de emociones, ni siquiera las conocen, además según su edad probablemente no sepa hablar mucho. 

¿Lo hacemos para molestar? ¿Por qué tenemos ese comportamiento a veces? Hablaba en otro artículo sobre el llanto como comunicación y la rabia o la ira son lo mismo. Los adultos, al igual que los niños contamos, como podemos, qué es lo que nos pasa y porqué. Pero depende de la edad el que encontremos un modo mas o menos eficiente. El niño se siente superado por las emociones y no lo sabe llevar, porque aun no sabe qué es eso que siente y, si es un niño de menos de 5 años, aun no tiene la expresión oral totalmente controlada. Ya sea porque está aprendiendo a hablar o porque le falte vocabulario. Para poder entenderle hay que buscar la respuesta en sus actos y esforzarse por dar en el clavo, pero ¿cómo?, y ¿Cómo aguantar mientras tanto las reacciones del pequeño?

Las reacciones del pequeño nos alteran, y no porque no sepamos controlarnos. El control es lo que debemos ejercer sobre nuestra reacción, no sobre lo que sentimos. La verdad es que el llanto y el grito del niño, como decía en el artículo del enlace de arriba, estan en una franja de hercios especial para alarmarnos, para ponernos en alerta. Y así es como nos hacen sentir. ¿Qué podemos hacer entonces?.

Necesitaba encontrar solución a estas cuestiones. Aprender para la próxima, porque se que habrá mas, muchas mas. así que cogí un par de libros en la biblioteca:

  1. "Aprender a educar sin gritos, amenazas ni castigos" Naomi Aldort
  2. "Educar sin ira" Ángel Peralbo

Aun no puedo dar una opinión sobre ninguno de los dos (estoy en 1º capítulo de ambos) pero si puedo dilucidar cual es el problema que estoy teniendo en mi caso.
Últimamente la he dicho sin pensar, en algunas ocasiones, aquello de "no puedes llorar por eso es una bobada" y ahora ella no está segura de poder contármelo y sentirse respetada. Me gusta darle a sus problemas la importancia que tienen para ella, se que los problemas que tenemos las personas están en proporción con la edad y la experiencia, es decir, que para un niño un problema grave puede ser algo que nosotros resolvemos fácilmente, igual que a veces los niños dan soluciones sencillas a nuestros problemas.
Pero últimamente tengo muchas cosas en la cabeza, pensar en todo y que todo sea perfecto, me estresa demasiado y tengo demasiado ocupado el coco como para poder pensar en las cosas que digo. 
Al final logré enterarme de porqué se puso así, dejando pasar bastante tiempo para que ella no se sintiera mal al recordarlo de nuevo. Conseguí que me contara lo que la pasó.

-"Cariño, cuando estábamos jugando al Zelda ¿Hice algo que te enfadara? "
-" No, mamá, no fue culpa tuya. Es que oí la canción del anuncio del maletín maletín maletón y me dí cuenta de que estaba en la tele el anuncio, pero llegué tarde y no vi el maletín de pinturas de los descendientes" (Le apasionan los descendientes de Disney)
-"A vale, ya me quedo mas tranquila..." dije sonriendo mientras pensaba "Para matarte ahora mismo, hija ¡¡Ay, dios, la que liaste por un anuncio, me cago en...!!"

Es algo normal que a veces líen una gorda por algo que no tiene sentido para nosotros y que nos parecerá ilógico su comportamiento pero dejarles descubrir lo poco que les comprendemos no es una buena solución, la "rabieta" la tendrá igualmente porque los sentimientos no se escogen y ellos no pueden controlarlos aun, ¡que demonios!, nosotros tampoco lo hacemos, basta ver como nos enfadamos cuando ellos se enfadan por "tonterías". No podemos pedirles algo que no somos capaces de hacer nosotros. 

Enseñarles lo poco que les entendemos les llevará a esto, a no querer decírnoslo y no sabremos porqué se enfadan. Hay que seguir validando su opinión, sus ideas, sus comentarios, y sus emociones. 
Y por supuesto, su ayuda en cosas de adultos, si, eso también. Cuando ellos se prestan para ayudar a cocinar, a poner la mesa... Si les dices que no por que son pequeños es muy normal que se enfaden. A mi tampoco me gusta que me hagan de menos. Hay que ingeniárselas para que lo hagan sin peligro. No es tan difícil, ellos no saben qué estas pensando hacer la mayoría de las veces así que pon una silla y pide que te bajen un vaso del armario o que te saquen cosas de la nevera, de una en una, mientras que tu haces sitio en la encimera. Nunca te dirán "podrías pedirlo todo junto ¿no?" porque te ayudan con amor, no con rapidez.

Yo juego con Emma mas tiempo porque se que después ella me ayuda hacer la cena y fregar... Aunque parezca que lo digo en broma, para nada. Tenía dos años cuando hizo su primera tortilla de patatas conmigo. Yo pelaba, partía y freía las patatas y ella, sentada en su mesita de princesas cubierta con una bayeta limpia, cascaba los huevos en el plato y los batía. Se que es cuidadosa y que no la gusta nada mancharse, así que no me preocupa que haga esto. Acabó de batirlos y añadí las patatas fritas al huevo, ella removió todo junto. Y mientras yo la cuajaba ella ponía la mesa. Son capaces y aunque los veas como niños movidos y nerviosos, si confías en ellos lo harán bien, y les harás bien

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Evitar algunas de los ataques de ira

En ocasiones no tiene que ocurrir nada para que se pongan como una fiera, en su infinita sabiduría quieren enseñarnos algo importante, algo que se nos pasa a menudo y es que, para ser buenos padres, no hace falta nada mas que estar presentes. Exacto, quieren compañía y no les vale cualquier persona. Debemos ser nosotros. Esta es su forma de decirlo, "no te vayas a fregar que necesito de ti" y no se trata de que tengan sueño o hambre...quieren que mamá o papá estén a su lado un buen rato, mimando les y punto. Para ellos no es perder el tiempo, es pasarlo juntos, pero quizá nosotros tenemos tantas cosas pendientes, tan importantes... que al sentarnos a "no hacer nada" en el sofá notamos pinchazos en el culo, como si un montón de agujas hubieran hecho su cama en el cojín. Me pasa, y mucho. Gracias a ella aprendo a relajarme cuando estamos juntas.

Otra cosa que me da RABIA es que tenemos un comportamiento diferente y una palabra diferente para cosas que hacen los niños, cuando ya existen palabras que hablan de esas mismas cosas cuando las hacen los adultos. Por ejemplo: si un niño monta un número en el super porque está cansado de dar vueltas por los pasillos siguiendo a mama, que va dando tumbos de un lado para otro, decimos:

"¡¡Qué rabieta ha cogido!!"

¿alguien usa esa palabra, RABIETA, cuando habla del enfado de una señora o señor adultos? me parece que no. ¿Alguien se ríe de las RABIETAS de los adultos justo delante de ellos?, tampoco, porque podríamos ofenderle y no hay razón para eso. Pero cuando se trata de un niño no tenemos esos reparos, no nos importa ofenderle, hacer que se sienta mal...es decir, peor de lo que ya se siente. Usamos palabras como esa, rabieta, se ve que no es lo mismo que rabia o enfado, no, no es igual porque hay una gran diferencia ¿verdad? si una diferencia de altura, ellos son demasiado bajitos para tener rabia o para enfadarse, así que lo suyo debe ser rabieta. A lo mejor la diferencia es que somos muy poco empáticos, necesitamos humillarles quitando importancia a sus sentimientos y emociones. Si nos aburrimos, hagamos un cursillo, pero no inventemos o usemos palabras para dañar a nuestros propios hijos.
De hecho hay un cursillo sobre esto, "inteligencia emocional". Muchas de las "rabietas" que tienen nuestros hijos son por eso, porque no les tomamos lo suficientemente en serio, o porque no les vemos como una persona. Estas situaciones son grandes enfados, y podrían haberse evitado. Pero esto lo veremos mas abajo.

Qué mas aprendí sobre la ira y la rabia en niños

En uno de los libros que estoy leyendo ahora, en el de Naomi Aldort, habla de no intentar resolver el conflicto, solo apoyar y validar las ideas y emociones del niño, porque él solo podrá resolverlo a su manera si se siente confiado y ve que tu le apoyas. Es una idea muy buena pero no así los ejemplos.

Solucionar la rabia es educar con inteligencia emocional, no solo lograr el silencio (ejemplos)

Para ayudarnos en esta tarea de cambiar de estrategia, nos da unas pautas muy sencillas y lógicas. A.P.E.G.O. con estas siglas, tan fáciles de recordar, nos dice que debemos aislar nuestras emociones ante el enfado del niño, prestar atención al niño, escucharle y garantizar la validación de sus sentimientos para otorgarle el poder a él de solucionarlo como mejor le parezca. Muy bonito en su planteamiento pero hay que saber escoger el momento, por ejemplo, el niño se pelea con su hermana porque jugando al parchís, él iba ganando, y su hermana abandonó el juego para no perder. Entonces el adulto responsable se sienta con el que mas grita y usa A.P.E.G.O. pero no hace nada con la otra que se fugó a su cuarto porque el que mas grita ya no grita. No creo que sea muy inteligente, ni que resuelva las emociones.
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No se trata de tomar partido y ponerse del lado del que gana o pierde, si no de enseñar a ambos. A uno a ganar y al otro a perder. Esta actitud de conformarnos con hacer que el que grita ya no grite no es la adecuada en adultos. Me gusta el consejo de tener en cuenta lo que siente el niño y que, al darle la razón sobre que sus sentimientos son esos, a lo mejor el niño se calma porque ve que no es algo tan raro, se desahoga contándolo y deja de gritar como un loco. Pero la partida sigue por acabar y el deseo de sentirse ganador también. si no arreglamos la causa del problema él seguirá presumiendo como un gallo de sus victorias y ella huyendo de sus derrotas. Habremos parado la rabia pero no habremos educado en estos sentimientos.

La solución de este caso en concreto pasa por ayudarles a ver que los juegos son buenos porque nos ayudan a pasar ratos agradables con otras personas, y que perdemos todos cuando ese rato termina con una bronca. Que lo importante no es el final del juego (ganar o perder) si no el tiempo durante la partida.

Antes, para arreglar un ataque de ira infantil, se imponía un castigo por los actos realizados a causa de la ira (romper un jarrón, tirar juguetes por el suelo, pegar patadas a las puertas...) enseñabas que cuando estabas rabioso debías comértelo y punto, aguantarte. Esto llevó a sufrir problemas físicos y psicológicos así que ahora decimos, como Shreck, "mejor fuera que dentro".

Es mejor expresar los sentimientos, hay que dejar que los demás entiendan cómo nos sentimos, pero no podemos liberarlos de cualquier manera, ni hacer que los demás se sientan mal por nuestras demostración. Así que hay límites a la hora de demostrar los. ¡¡¡Sorpresa!!!, ni esto es excusa para saltarnos a la torera lo que molesta al prójimo.

Inteligencia emocional es saber expresar nuestros sentimientos, saber que podemos expresarlos sin avergonzarnos, saber cómo expresarlos para que sean comprensibles y por supuesto como controlar esa expresión para evitar perjudicar a alguien o a nosotros mismos con ello. Básicamente es aprender a vivir con sentimientos, pero no solo los nuestros. También consiste en aprender a convivir con los sentimientos de los demás y para ello es necesario contar con que los tienen. No podemos convivir con algo que no creemos que exista o que, sencillamente, no tenemos en cuenta.


Este vídeo os explica algunas ideas de como hacer frente a la ira del niño sin coartar su expresión, de un modo muy parecido al que venia en los libros que os comenté mas arriba. Pero no habla de la prevención, de informarles de lo que va a ocurrir y de pensar en como afectará a nuestro hijo lo que esté ocurriendo. Por ejemplo: si vamos a pasar mucho rato comprando o en un viaje largo, sabemos que el niño se aburrirá y el aburrimiento desemboca en enfado si no puede cambiarlo. A nadie le gusta aburrirse, y menos cuando sabe que va a durar mucho y nadie le ayuda a soportarlo. Si queréis algunas ideas para prepararos y evitar el aburrimiento podéis leer "juegos".

Hasta hace poco, eso de los sentimientos, era una bobada que no importaba. Quien los tenía era débil o una "nenaza" así que hoy no sabemos lidiar con ellos y lo pagan nuestros hijos. Los niños, como decíamos, no son eruditos tampoco, no saben qué es lo que sienten y no saben explicarse tan bien como nosotros, así que no podemos esperar que nos enseñen en este tema (en otros si).
Pero si podemos esperar que nos entiendan y perdonen nuestros fallos, si hay una intención clara de cambio, ellos perdonan rápidamente si lo pides de corazón, (podríamos aprender de ellos).
Entonces hay que contar con que los niños tienen sentimientos, que no conocen, ni saben como hacerles frente ni, por supuesto, controlarlos o controlarse. Muchas veces somos nosotros los que les hacemos enfadar o empeoramos la situación por nuestra falta de conocimiento sobre emociones. Por ejemplo, en mi caso, yo no pude controlar lo que me afectaba su llanto por algo que yo no sabia y no podía cambiar, e hice que fuera a peor. Por eso creo que usar lo de A.P.E.G.O. puede ser buena idea pero no debemos quedarnos ahí simplemente. hay que analizar el problema y ver si debemos hacer mas cosas para evitar problemas futuros.

A veces no contamos con ellos como personas y sin darnos cuenta los infravaloramos. Esto hace que se enfaden, y a lo mejor no saben decirnos por qué. Cuando ellos quieren hacer algo que creemos que no saben o no pueden, no hay que prohibirles, si no darles la oportunidad de intentarlo ofreciéndoles un método para el éxito:
"Tengo que poner la mesa, no puedo jugar contigo ahora"
"Tengo que poner la mesa ¿me ayudarás?, vamos a poner la silla en la cocina para que puedas coger los vasos"
Si usamos la 2ª opción, no se quejará si no juegas con él ese ratito, y hasta puede que te ayude, probablemente lo haga, pero como no es seguro que le apetezca lo dejo en el aire.

Así que cuando creas que tu hij@ se enfada por nada, acuérdate de este artículo. Piensa qué es lo que se te escapa, porque ellos siempre usan la ira para expresar algo que les pasa, no lo hacen por fastidiar ni porque quieran llamar la atención porque si. Y tu puedes ser parte de la solución o del problema.
Por cierto, si ya sufres con los ataques de rabia puede que pronto sufras con los celos, en este enlace puedes ver nuestra experiencia y todo lo que aprendimos.

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